NOTAS DEL CAPÍTULO II
(1) Lombroso, con su
tendencia espiritista, afirma' por su parte:
"Todos o casi todos los
fenómenos observados en los hipnotizados me ha parecido que se salían de las
leyes de la fisiología y de la patología y que entraban en los dominios de lo
desconocido. Veamos los resultados de algunas investigaciones sobre este punto.
"Memoria.
—
Los fenómenos de memoria son los que más han llamado mi atención por sus
singulares variaciones, según los individuos y los casos. En tanto que la
inteligencia, como veremos, se halla obscurecida en el estado hipnótico, es
curioso observar hasta qué punto está sobreexcitada la memoria algunas veces.
"Examinando a Chiarl...
un joven estudiante, hipnotizado, doce grupos de cifras, al cabo de media hora
repitió los seis primeros grupos con un solo error. No obstante desconocer el
alemán, le ordené que leyera una línea en esta lengua y que la transcribiera
pasada media hora. Consiguió reproducir las letras en su forma gótica, con tres
errores solamente en sesenta letras. Cerrado el libro, volvió a encontrar de
nuevo la página y la línea.
"Lo mismo que Delboeng
he podido comprobar que el recuerdo de un sueño sugerido se conserva al
despertar en el sujeto con tal que tenga a mano un objeto relacionado con el
ensueño. La orden de conservar el recuerdo del acto realizado en sueños no me
ha parecido muy eficaz. He observado a veces la persistencia de un recuerdo
vago, sin orden previo.
"Es de notar también el
cambio grande que sufre la personalidad, lo mismo en el pensamiento
que en la escritura, bajo la influencia
de la sugestión. Se le sugiere al sujeto Col., el personaje de Garibaldi, y
escribe esta vibrante orden del día: " Soldados: hoy espero de vosotros
prodigios de valor", con escritura muy enérgica.
"Las órdenes que se han
de ejecutar al cabo de un cierto tiempo, lo son con gran exactitud en la
proporción de cinco por siete. Los sujetos, una vez despertados, distraídos y
ocupados de mil maneras, se turban e interrumpen lo que hacen de pronto,
justamente a la hora sugerida, y ejecutan la orden.
"Es lo mismo que ya le
labia de las histéricas, que a menudo prevén exactamente, con semanas y meses
de anticipación, el día, la hora y hasta el minuto de sus accesos, y así
ocurre, no obstante haber parado todos los relojes y distraído a la enferma de
todos los modos.
"Este hecho, señalado ya
por Richet, parece inexplicable; siendo la división del tiempo obra humana
artificial. Es preciso admitir que puede formarse en el cerebro, por el ejercicio,
un centro especial para la medida del tiempo, lo mismo que para la escritura,
centro que puede hacerse ultra-sensible
en los estados como los
precedentes.
"Existen, sin embargo,
excepciones. Chiarl... las presenta en este caso como en muchos otros, e
igualmente la mujer llamada Verol. Estos dos sujetos olvidan en ocasiones, aun
al cabo de poco tiempo, ejecutar una orden en el momento que en la sugestión se
les ha dicho. Se manifiestan, desde luego, agitados, como si olvidasen una
obligación apremiante; este desatiento desaparece tan pronto como se les
recuerda lo que han de hacer, que en seguida ejecutan con ardor, como impelidos
por una necesidad irresistible. Si, por ejemplo, se le sugiere a Chiarl. que
lea al cabo de veintiocho minutos una línea dada de un libro alemán, asi que
transcurre el plazo, parece preocupado y mira a todos lados sin hacer nada.
Pero tan pronto como le ponen a la vista mezclado con otros objetos, se
precipita a él con una sonrisa de satisfacción, lo abre y lee la línea.
"Esos casos demuestran
que en la hipnosis se verifica la marcha normal de las asociaciones de ideas,
despertando las unas a las otras y determinando las voliciones. Lo mismo se
demuestra respecto a las leyes de asociación en los casos siguientes:
"Sugiriendo a Chiarl.,
un personaje de bandido, acepta con repugnancia la sugestión. Pero así que es
recibida, blande una pluma a guisa de puñal y hiere a enemigos imaginarios. Un
momento después, habiéndole sugerido una personalidad de niño, escribe, con
letra infantil, cosas ingenuas. Más tarde, las dos sugestiones se confunden, la
segunda se superpone a la primera, y la escritura presenta la misma mezcla,
igual que el estilo.
"Aquí se tiene la prueba
de lo que Sergi llama la estratificación del carácter. La segunda sugestión
hace olvidar parcialmente al personaje antipático del bandido y hace prevalecer
el papel simpático del niño. Es de notar la facilidad con la cual los
hipnotizados, aun los megalómanos, aceptan este último. Lo cual se explica por
el recuerdo dulce de esa edad, por la simpatía que inspira hasta a los hombres
más endurecidos, y sobre todo porque es el que mejor está en relación con el
estado de pasividad mental del
sujeto.
"Las mismas confusiones
y superposiciones de sugestiones ocurren, con las nuevas sugestiones, y también
por simples cambios en los movimientos musculares. Haciéndole fruncir a la
histérica V. el músculo ciliar derecho, se provoca en ella ideas tristes;
obrando sobre el músculo risorio, aparecen ideas alegres y se mezclan a las primeras.
"Iguales son los efectos
de la hipnosis provocada a sujetos sanos. Chiarl., a quien se ha hecho contraer
simultáneamente los músculos ciliares y risorios, dice riendo y llorando a la
vez que un mono mata a su amo haciéndole muecas. Ejemplo de superposición
rápida que produce una fusión inmediata.
"Esta observación no es
nueva, pues remonta a Dumontpellier y al doctor Silva. Pero en los casos arriba
expuestos se verifica en sujetos simplemente hipnotizados y no únicamente en
histéricas.
"Escritura.
—
He tenido ocasión de confirmar en histéricas e hipnotizados una observación de
Richet, concerniente a la relación entre la escritura y el carácter.
"He conseguido hacer
adoptar en menos de una hora al estudiante Chiarl., el carácter de letra y el
estilo de un niño, de una campesina, de Napoleón, de un profesor de caligrafía,
de una anciana; al estudiante. Lese, la letra de niño,
de joven recién casada,
de
campesino, de
bandido; al estudiante Col, las de niño, de bandido,
etc.
"También, por sugestión
se puede cambiar el sexo, la condición, el carácter, y modificar
simultáneamente el modo de pensar, el estilo y la forma de letra.
"Es singular que lo
esencial de nosotros mismos, la personalidad, puede tomar formas numerosas y
diferentes en el estado hipnótico.
"Los estados hipnóticos,
asi provocados como a consecuencia de enfermedades, tienen una gran variedad,
aunque sean siempre análogos en sus lineas generales. Veamos ahora lo que se
refiere a la voluntad."
" Voluntad. — Por lo general queda
abolida y con frecuencia reemplazada por la del hipnotizador, Se sabe que los
sujetos hipnotizados se rebelan a veces contra las sugestiones opuestas a su
carácter, y esto es lo que permite medir hasta un cierto punto la fuerza del
carácter.
"Una mujer histérica y
relajada, puesta en estado de hipnosis, aceptaba gustosa los papeles de ladrón,
de seductor, de oficial, pero se insubordinaba cuando yo quería transformarla
en sabio o en predicador de moral, le repugnaba más cambiar de
carácter que de sexo.
"La prueba más curiosa
de esta repugnancia me ha sido dada por dos estudiantes, Col y Chiarl., a
quienes había sugerido el papel de ladrón. Antes que obedecerme huyeron de la
habitación corriendo como locos a refugiarse en el patio. Pero uno de ellos
consintió, después de larga perplejidad en aceptar el papel de bandido, mas
simpático por su lado heroico. Los papeles de mujer y de trapero fueron
rechazados con desden, lo cual se explica por la tendencia megalómana
manifiesta en los hipnotizados como en
los niños y en loa
salvajes.
"El mismo Chiarl. se
despertaba en seguida si se le imponían sugestiones absurdas o contrarias a su
carácter; pero aceptaba las que no lo eran mucho. De ahí que consintiera en ser
Napoleón al propio tiempo que niño, puesto que hasta el genio pasa por la
infancia. Todo esto prueba que el carácter no determina más que la inteligencia
y que la sugestión tiene un limite, aunque extensible por la educación hipnótica.
"Inteligencia.
—Con
frecuencia parece disminuida. Sobre todo la palabra
se debilita. Por eso
los sujetos se
deciden difícilmente a
hablar, a menos de que se les dé una orden formal o de una fuerte excitación.
Una histérica no habla si no se le comprimen las últimas vértebras, ordenándole
enérgicamente que hable. Los sujetos se prestan a obrar y a escribir. La misma
excitación , de la sugestión hipnótica, la invasión de la nueva personalidad
sugerida, hacen que obren y escriban a veces mejor que en estado de vigilia.
"Un banquero a quien se
le ha sugerido que era fotógrafo, ejecuta perfectamente las operaciones de ese
oficio, que en estado de vigilia ignora. El joven Chiarl., convertido en
Napoleón, se expresa elocuentemente en lengua francesa, que conoce apenas.
Canta, ejecuta y escribe música, bastante mejor que despierto. El joven L., a
quien se le ha sugerido que es mujer, ejecuta un bordado complicado. Ignora esa
labor, pero ha debido verla hacer a sus hermanas sin prestar atención, y la
serie de operaciones se ha fijado y desarrollado en el inconsciente, que ha
reaparecido bajo la influencia de la sugestión.
"Sin embargo, los
individuos incultos aceptan y desempeñan mal el papel de personajes ilustres;
siguen siendo vulgares y sienten
repugnancia a escribir.
"Acción
de diversas substancias. — Siguiendo los procedimientos de Bourron, Burot y
Richet, hemos estudiado, en sujetos hipnotizados, los efectos de diversos
medicamentos, operando en el exterior del cuerpo. Un frasco de tintura de
cantárida, aplicado sobre la mano, provoca en Victorina M., y más todavía en
otra mujer llamada R... gestos eróticos bien manifiestos; el alcohol produce en
ellas signos de embriaguez: lengua pastosa, movimientos indecisos, etc. Un
marino, que podía beber impunemente cierta dosis de alcohol y de cloral, se emborracha
y queda dormido, una vez hipnotizado, al sólo contacto de esos cuerpos. Una
solución de morfina con laurel cereza, puesta en las manos de una histérica,
provoca el sueño y alucinaciones alegres. En el mismo sujeto, un frasco de
valeriana, en substitución de morfina, produce en seguida excitación y una
sensación de quemadura, que un tubo de cloral calma al momento. El alcohol le
hace ver bestias feroces.
"En una histérica en
estado de sonambulismo. Luys ha comprobado que una misma substancia, aplicada detrás
de la cabeza, podía producir
expresiones de fisonomía diferentes, según se la ponía del lado derecho o
izquierdo, y ha experimentado ese fenómeno en treinta y un medicamentos
diversos metidos en tubos.
"Los medicamentos tienen
también efectos fisiológicos y psíquicos que los médicos no conocen
completamente hasta ahora. Sin embargo, los homeópatas, a quienes la ciencia
médica tanto debe, habían sospechado ya esas acciones a distancia y habían señalado algunas".
(2) En comprobación de esto reproducimos la noticia
que en enero de este mismo ano de 1923, ha circulado en la Prensa española.
El hecho ha ocurrido
últimamente en Nueva York. Así lo refiere un periódico americano, el que se
expresa de este modo;
"Bajo la influencia del
hipnotismo, Anna Girkin, sirvienta en la casa de Mrs. Sarah Ehrlich, sita en el
número 3250 de Decatur Avenue, en Brookiyn, dejó escapar fuertes gritos en los
momentos en que el doctor Gustave F. Wein principió a extraer una muela que
tenía dañada.
El doctor Eulop Voros, de
veintiún años de edad, mesmerista húngaro, domiciliado en la casa número 640 de
Riverside Drive, haciendo uso de sus facultades, puso a la joven en un estado
comatoso.
Una vez dominada la paciente,
el doctor explicó a las personas que asistieron a la extraña operación, que Mis
Girkin se creía en el interior de un teatro, presenciando un drama de
naturaleza tan excitante, que no podía menos que fruncir la boca.
Al comenzar el doctor Wein a
extraer la muela, la muchacha contrajo sus puños, abrió los ojos y gritó. El
hipnotista habló entonces en húngaro a la sirvienta y el cirujano dental logró
terminar la Operación.
Al volver en si, Miss Girkin
declaró que no se había dado cuenta de nada de lo que había pasado.
Antes de que el dentista
alian/ara con sus pinzas la muela extraída, el doctor Voros le aseguró que la
paciente, estando hipnotizada, no sentiría dolor alguno."
(3) Esta es la doctrina que sigue Tomshon Jay
Hudson, que en gran parte reivindica al mesmerismo y sostiene la teoría de que
en el hombre existen dos mentes: la objetiva y la subjetiva.
La m:nte objetiva se
entera del mundo objetivo. Sus medios son los cinco sentidos corporales. Su más
alta función es el raciocinio.
La mente subjetiva se
entera de lo que le rodea por medios independientes de los sentidos corporales.
Percibe por intuición. Es el asiento de las emociones y el almacén de la
memoria. Desarrolla sus más elevadas funciones sin necesidad de los sentidos
objetivos. En una palabra, es la inteligencia que se manifiesta en un sujeto en
estado de hipnosis.
Entre dos o más mentes
subjetivas puede establecerse comunicación, y esto da lugar a los fenómenos
telepáticos, como a los tenidos por espiritistas y muchos otros aun no bien
conocidos.
El mentalismo se basa en
estos principios.
Wundt hace una crítica muy
justa de estas teorías, en que más que hacer aclaraciones al obscuro problema,
todo se reduce a crear nombres nuevos que nada explican.
(4) El experimento del profesor Liegeois con el
joven Pablo, que hemos copiado en las notas del capitulo
anterior, contradice esta
aserción del profesor Wundt, en cierto modo, pues Pablo echó de menos la
presencia de su hipnotizador en casa del doctor Liebeault; bien es verdad que
pudo asociar la presencia de éste con la del otro y evocar así el recuerdo.
(5) Las afirmaciones de Wundt, son categóricas a
este respecto, pero cuando sabios de los prestigios del profesor Lombroso,
admiten otras intervenciones en determinados fenómenos ocurridos en el sueño y
presentan casos de lucidez y profecía en el ensueño, lo menos que puede hacer
el comentarista es tomar en cuenta las opiniones ajenas, aunque sólo sea a
beneficio de inventario.
¿Cómo de otro modo?
Los métodos científicos,
acaso demasiado rígidos y severos, negando en redondo lo que es susceptible de
plegarse a ellos, y la tendencia del hombre a creer en el misterio, por un
impulso religioso que es de todos los pueblos y de todos los tiempos, hacen
difícil el acuerdo entre uno y otro bando y esa pugna trae consigo la
perplejidad de quien sin bastante ciencia para someterse a ella y sin bastante
fe para creer lo que a la razón parece oponerse, no saben a qué partido
sumarse.
Como éstos son los más, sin
refutar las doctrinas de Wundt, y hasta aplicando a Lombroso las mismas
palabras con que Gustavo Le Bon le alude (*), transcribiremos algunas de sus
manifestaciones.
(*) "He comprobado que
sabios ilustres, especialistas habituados a los rigurosos métodos de los
laboratorios, llegan con gran facilidad a admitir como indudables fenómenos tan
milagroso como los de las
más maravillosas leyendas. Nos hablan de apariciones de fantasmas que vienen a
revelar secretos de ultratumba, de desdoblamiento de vivos, de médiums capaces de
nacer variar a voluntad el peso de los
objetos, guerreros con casco
y todo que surgen del cuerpo de unas muchachas y se pasean por medio de los
concurrentes. Tales hechos demuestran que tan pronto como sale del campo del
conocimiento para entrar en el de la creencia, el sabio ve transformada
completamente su psicología. Los móviles generadores de esas certidumbres son
entonces totalmente traspuestos En el dominio de la creencia el sabio no excede
al ignorante. La circunspección del hombre de laboratorio no tarda en ser
reemplazada por una credulidad, a la cual es muy difícil señalar límites."
En el párrafo cuarto, de la
primera parte del libro Hipnotismo y Espiritismo y bajo el epígrafe de Lucidez
y profecía en ensueño. Estudios de Myers, se expresa así el profesor
Lombroso:
"Myers es el que más ha
profundizado el estudio de esos fenómenos misteriosos. Según sus aserciones el
sueño es un estado a veces más Lúcido que el estado de vigilia, a veces
inferior y marcado por la desintegración psíquica. No hay por lo lauto razón
para sorprenderse de que el éxtasis lúcido o el delirio puedan
igualmente substituir al sueño ordinario. Como ejemplo de delirio, citaremos el
caso, indicado por sir Crichton Browon, de un maníaco que no dormía nunca, no
obstante lo cual trabajaba todos los días como los otros obreros y se pasaba
las noches gritando y agitándose, sin sufrir en su organismo ni disminuir el
peso.
"Los sueños son los que
en primer término han inducido a los hombres a creer en la existencia de un yo
inteligente, y siempre he creído ver en ellos los presagios de los
acontecimientos, aunque nunca se los haya estudiado de un modo verdaderamente
científico. También existen sueños, aunque bastante raros, que nos incitan a
obrar. El ensueño puede ser considerado como algo intermediario entre el sueño
y la vigilia, y en gran parte se puede explicar:
1.° Por una mayor agudeza de
los sentidos, hiperestesia capaz de provocar alucinaciones;
2.° Por una mayor sugestibilidad;
3.° Por la intensificación de la memoria;
4.° Por el resurgimiento de
hechos olvidados (criptomnesia);
5.° Por los recuerdos y
sugestiones de nuestra vida activa en la vigilia.
"Así se explica que en
el sueño se pueda, como los sonámbulos, ver en la obscuridad, ya sea por
alucinación, ya sea por recuerdos de imágenes que se prolongan en el ensueño,
ya sea por hiperestesia de la retina. Por ejemplo, miss Mason, despertada de
pronto en una alcoba obscura, distingue objetos diversos, y dos barras de
hierro puestas contra una puerta, que en estado de vigilia le han pasado
inadvertidas. Se comprende mejor que se pueda recordar en sueños, hechos
completamente olvidados, como otros vistos sin que hayan llamado nuestra
atención.
"Ejemplos del primer
caso los da Delboeuf que, obsesionado en
sueños por las palabras Aspceniun Ruta
Muralia, e incapaz de
descubrir el origen, los encuentra en seguida en un antiguo manuscrito hecho
por él. Citemos también el caso de Borockelbank, que habiendo perdido un
cuchillo y buscándolo en vano, sueña haberlo guardado en un bolsillo del
pantalón y allí lo encuentra con efecto.
"Son éstos, casos de
criptomnesia, de resurgimiento de la memoria en el sueño. De ese modo se
explican también los
problemas resueltos en sueños.
"Todo esto es
relativamente fácil. ¿Pero cómo comprender el conocimiento en sueños de cosas
absolutamente ignoradas del sujeto y la exacta previsión de la fecha de su
muerte? Miss Corletan ve en sueños a una amiga al día siguiente del
fallecimiento de ésta, y la difunta le anuncia que volverá a verla en sueños
veinticuatro horas antes de su muerte, lo que con efecto ocurre, cuarenta años
después. "Miss Arabella Barret, vio en sueños a su hermana muerta, la cual
le predijo que ella moriría al cabo de cinco años. y así fué.
"Estos casos nos
muestran una lucidez en el sueño verdaderamente inexplicable.
"Añadamos dos casos muy
recientes, uno de visión a distancia, el otro de
premonición o previo aviso, comprobados por testigos en Chicago y en Turín:
"Miss Loganson, de
Chicago, de diez y nueve años, vio asesinar en sueños a su hermano Oscar,
agricultor en Marengo, a 80 kilómetros de distancia, y la joven acusa con
insistencia a otro agricultor vecino de su hermano. De momento no prestaron
atención a sus dichos, pero luego le permitieron poner un telegrama. A poco se
recibió esta respuesta: "Oscar desaparecido". La muchacha, acompañada
de otro hermano y de algunos agentes de policía, se pone en camino. Una vez
llegados a su destino, miss Loganson los condujo directamente a casa de un
cierto Bedford, en donde descubrieron en la cocina manchas de sangre. La joven
no se detiene y se dirige hacia un gallinero. No obstante hacerle notar los
agentes lo viejo del piso, se deciden a hacer excavaciones ante la insistencia
de la muchacha y su agitación. "Aquí — decía — está mi hermano enterrado.
Al principio sólo encontraron una capa, pero siguiendo las excavaciones
hallaron a 1'50 m. de profundidad el cadáver de Osear. Bedford, fué detenido
días después en Ellis (Nebraska) y reconocido como culpable.
"Rosa Tirone, criada,
histérica de treinta y cinco años, sueña que un joven de su país, a quien ella
quiere, le dice que juegue a la lotería los números 4, 53, 25 y 30. Así lo hizo
Rosa, y al sábado siguiente esos números salieron premiados.
"Estos hechos permiten
creer en la existencia de una numerosa serie de fenómenos fuera de las leyes de
la psicofisiológica y que tienen por carácter común y constante el manifestarse
con preferencia en las histéricas y neurópatas, así como en la hipnosis y en el
sueño. Estos estados están marcados por la inacción más o menos completa de la
ideación normal y por el predominio de la actividad inconsciente, la cual
escapa al estudio científico. Esto es lo que demuestra que una función puede
ser superactiva en tanto que su órgano esté en absoluta inactividad."
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